Esta obra describe con claridad y sencillez el verdadero propósito de la vida cristiana: la deificación. San Atanasio afirma que «Dios se hizo hombre para que el hombre se hiciera dios». Debido a su amor por nosotros, el Hijo de Dios, Jesucristo, se encarnó con el fin de unir nuestra naturaleza humana a su naturaleza divina. De este modo, nos hace por gracia lo que él es por naturaleza.

El concepto de deificación puede sonar extraño y hasta sacrílego en Occidente, pero ha formado parte de la Tradición de la Iglesia desde sus inicios. Este pequeño libro nos recuerda el inmenso deseo de Dios de estar en plena comunión con nosotros. Tal y como él mismo dijo: «Arrepentíos, porque el Reino de los Cielos está cerca».

Por Archimandrita Jorge, abad del Santo Monasterio de San Gregorio, Monte Athos.